Si tuviera diez centavos por cada vez que escucho a una mujer mayor decir: “Me siento invisible”, sería multimillonario.
Habiendo pasado por esto yo misma, me solidarizo con ella. Es como si, una vez que las mujeres nos acercamos a la menopausia, nos ignoraran. Los hombres ya no nos miran con recelo y muchas personas desarrollan una audición selectiva cuando intentamos hablar.
La ironía es que, a medida que vamos ganando en sabiduría, dones, habilidades y madurez emocional, nuestros cuerpos van perdiendo salud, vitalidad y atractivo. Estamos en una trayectoria descendente hacia la muerte, ya que tenemos más para aportar a la vida.
Nos dicen que debemos “envejecer con gracia”, pero ¿qué significa eso realmente? ¿Y quién lo define?
¿Y si queremos envejecer de forma “escandalosa”? ¿O de forma “excepcional”? ¿O si tenemos mejores cosas que hacer que pensar en el envejecimiento?
Por supuesto, la mayoría de nosotros no queremos pasar lo que potencialmente podría ser un tercio o más de nuestra vida después de los 50 años simplemente deslizándonos hacia la muerte, ni tampoco queremos permanecer invisibles.
Y es bastante interesante que hasta la Revolución Industrial, las mujeres mayores no hacían ninguna de las dos cosas. Durante milenios fuimos veneradas en nuestras tribus como sabias consejeras, sanadoras, guardianas del patrimonio, cuidadoras de los niños y guías espirituales.
Los motores de la industria no necesitan a los ancianos sabios, pero ¿por qué eso debería significar que debemos aceptar la invisibilidad y la decadencia corporal?
Aquí está la buena noticia: las últimas investigaciones indican que el mayor predictor del envejecimiento exitoso es la mentalidad.
Ni genética ni antecedentes familiares. Ni socioeconomía ni demografía.
Cuanto más creencias positivas tengamos sobre el envejecimiento, más probabilidades tendremos de seguir expandiéndonos, contribuyendo y manteniendo el vigor juvenil a cualquier edad.
El problema es que nos han abrumado las creencias discriminatorias sobre la edad. Incluso los niños comienzan a formar creencias sobre el envejecimiento a partir de los 5 años. Y, como ya habrás adivinado, la mayoría de esas creencias son negativas.
¿Cuáles son entonces algunos pasos sencillos que podemos seguir para reprogramar nuestra mentalidad sobre el envejecimiento?
1) Ser muy conscientes de nuestros estereotipos negativos, así como de los de la sociedad en general.
2) Cuando nos demos cuenta de ellos, cuestionémoslos activamente. ¿Conocemos mujeres que hayan logrado superar la barrera de la edad? ¿Estamos contribuyendo a nuestra propia invisibilidad al encogernos y encerrarnos en los confines de los estereotipos negativos?
3) Valorar nuestro cuerpo, pero no identificarnos con él. Si nos vemos como seres infinitos en cuerpos finitos, podemos centrarnos en el propósito de nuestra alma al estar en este mundo. Entonces, automáticamente nos convertiremos en una presencia más brillante. No tenemos que vestirnos de cuero ni conducir una motocicleta. Solo tenemos que saber que somos una manifestación única de lo Divino en este mundo.
4) Estar más conectados con nuestro cuerpo. Si captamos los mensajes que nos envía nuestro cuerpo, tanto a nivel biológico como emocional, nos sentiremos más integrados y tendremos más posibilidades de proporcionar lo que necesitamos para una vida larga y feliz.
En última instancia, seguimos siendo creadores de nuestras vidas, sin importar la edad que tengamos.
En lugar de volvernos invisibles a medida que envejecemos, podemos hacer que el envejecimiento sea invisible.
La Dra. Lucille es coach de vida para mujeres cuya experiencia de vida las deja con ganas de más. A través de su empresa, “The Joy of Purpose”, ayuda a estas mujeres a encontrar las piezas faltantes de verdadera realización, significado y alegría que las han eludido a pesar de todo lo que han logrado.
La Dra. Lucille ha pasado más de 30 años ejerciendo la psiquiatría con un enfoque en la psicoterapia de orientación holística y espiritual. Su mayor recompensa ha sido curar las causas profundas de la angustia de sus pacientes. Todo lo que sus pacientes le han enseñado sirve de base para su coaching de vida, que lleva a las mujeres de la curación a la prosperidad.
Su perspectiva es que las mujeres, especialmente a medida que envejecen, tienen en su interior una vasta reserva de dones y fortalezas, muchas de las cuales permanecen latentes. Como si buceara en busca de perlas en el fondo del mar de la psique, nada le gusta más que sacarlas a la superficie. Cuando se expresan, estos dones y fortalezas conducen a la alegría y la plenitud.
Y cuando no está buceando en busca de perlas, disfruta retozando en la playa con su perro, bailando, cantando, entusiasmada con las investigaciones sobre el potencial humano y teniendo contacto íntimo con la Naturaleza.
Puede consultar a la Dra. Lucille en su sitio web: https://www.drlucille.ca
y en Instagram: @lucillenecas
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