Como emprendedores, a menudo sentimos que debemos hacer todas las cosas y estar siempre "activos", lo que a menudo puede llevarnos al agotamiento.
La importancia de reducir el ritmo ha sido la lección más importante que he aprendido en mis últimos años como emprendedor. También fue el tema principal de mi sesión de expertos de la semana pasada.
La verdad es que si siempre estamos corriendo, apurados y llenando nuestro tiempo de tareas, nos agotaremos. Especialmente si llenamos nuestros calendarios con tareas que no nos dan energía. Tenemos que hacer espacio en nuestros días para bajar el ritmo.
Mis mejores ideas surgen de los momentos más lentos. Mi energía surge de los momentos más lentos. ¡Atraigo más cuando bajo el ritmo!
Aprender a priorizar los momentos más lentos es una de las cosas a las que atribuiría mi éxito. De hecho, el año pasado gané mucho más dinero y trabajé mucho menos que en años anteriores. Me tomé más tiempo para ser intencional, para bajar el ritmo, para pasar más tiempo con mis hijos y seguí tomando medidas inspiradas. Me alejé del ajetreo y la rutina y encontré más alegría en mis días y en mi trabajo.
Esto es lo que significa trabajar de forma más inteligente y no más arduamente. ¡Y funciona! Escuchar lo que necesitas, saber que hay estaciones y aprender cómo debes trabajar en cada una de ellas: ¡eso es lo que más te ayudará!
Mi viejo paradigma me decía que todo lo que me llevaría a mi objetivo era trabajar duro, pero eso no es verdad. El trabajo duro no es la respuesta.
Así que, reserva más tiempo para bajar el ritmo. Asegúrate de hacer algo todos los días para llenar tu propia taza. ¡Te sorprenderá lo mucho más que puedes lograr!
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