“La identidad es una fuerza increíble e invisible que controla toda tu vida. Es invisible como la gravedad, pero controla toda tu vida”.
-Tony Robbins
¿Alguna vez has hecho o dicho algo y luego te has tenido que preguntar: "¿Por qué hice o dije eso? ¿De dónde salió eso y qué estaba pensando?"
O tal vez has luchado con algo durante mucho tiempo y te has preguntado: "¿Por qué es esto algo con lo que todavía lucho? ¿Por qué no puedo superarlo, superarlo o evitarlo?"
Lo sé, yo lo he hecho... ¡y puede ser muy frustrante!
Sentirse como si estuvieras en una situación sobre la cual no tienes control, donde hablaste o actuaste antes de poder pensarlo bien y al final simplemente te preguntas qué diablos pasó.
A menudo no nos damos cuenta de que estamos siendo controlados por nuestra identidad, por cómo hemos elegido vernos a nosotros mismos.
Entonces, ¿qué es esta identidad todopoderosa que nos controla?
Parte de nuestra identidad son los hechos de nuestra vida:
“Soy madre, esposa, hermana, abogada, empresaria”, etc.
Pero nuestra identidad también es mucho más profunda que eso.
Se encuentra con palabras como digno y merecedor y bueno y malo.
Entonces, una parte de nuestra identidad podría ser "soy madre", pero un nivel más profundo de nuestra identidad es "soy una buena madre".
Cosas como 'madre', 'hija', 'hermana', 'esposa', 'empresaria', 'empleada', son todas partes de nuestra identidad que van y vienen.
Por ejemplo: Aunque ahora soy esposa y madre, hubo un tiempo en que no lo era.
Pero lo que tiende a quedarse y causarnos cierto dolor son las identidades más profundas de "bueno", "malo", "capaz", "indigno", etc.
Y esto es lo que pasa:
Si hemos decidido considerarnos insuficientemente buenos, actuaremos insuficientemente.
Si hemos decidido vernos como malos, nos estaremos defendiendo constantemente. Si hemos decidido vernos como incapaces, nos veremos constantemente como personas que no están a la altura.
Esta parte de nuestra identidad es una profecía autocumplida que, a menos que la reconozcamos y la desarraiguemos, no podremos superar.
Podemos decir que nos sentimos capaces, podemos leer todos los libros de autoayuda posibles y podemos hablar bien, pero si en el fondo de nuestra mente (subconscientemente) nos hemos apegado a una identidad negativa más profunda, entonces esa identidad negativa más profunda está en control.
Entonces, ¿cómo sabes si te has apegado a una identidad negativa más profunda?
¿Cómo podemos cambiar las cosas? ¿Cómo podemos darnos una identidad nueva y más profunda?
Bueno, una de las maneras más rápidas es darte a ti mismo nueva evidencia de quién eres y qué aportas al mundo.
¡Siempre se puede encontrar nueva evidencia en una nueva perspectiva!
Nuestras viejas identidades se construyen sobre una determinada manera de ver el mundo, y esa manera de ver el mundo descarta todo lo que no esté de acuerdo con esa visión específica del mundo.
Así que si tu identidad más profunda es que eres "indigno", no importa lo bien que hagas algo o lo mucho que tengas éxito, sólo permitirás que entre en tu conciencia la evidencia que confirma tu "indignación".
Para cambiar nuestra identidad, debemos dejar entrar otras evidencias: evidencias de nuestra bondad, de nuestro valor, de nuestras capacidades.
Debemos plantearnos estas preguntas:
Al hacer estas preguntas podemos encontrar nueva evidencia de quiénes somos, lo que a su vez afecta nuestra identidad más profunda, dándonos finalmente lo que realmente necesitamos para hacer los cambios que queremos hacer, mostrarnos de la manera que queremos mostrarnos y simplemente sentirnos bien con nosotros mismos.
Besos y abrazos
Meg
Meg es una coach de vida, bloguera y presentadora de eventos a quien le apasiona caminar con personas que quieren más de la vida que solo el status quo.
Ella cree que la vida no tiene que funcionar exactamente como pensamos que “debería” para ser disfrutada y que las personas no tienen que ser perfectas para ser amadas.
Ella cree que todos tenemos la voz de la verdad en nuestro interior, pero que a veces puede resultar difícil escucharla. Y lo más importante, que debemos vivir entre la tensión de aceptar las cosas que no podemos cambiar y tomar medidas enérgicas para cambiar las cosas que sí podemos.
Meg crea espacios donde las mujeres pueden reducir la velocidad y procesar todas las cosas que influyen y controlan sus vidas: sus pensamientos cotidianos, sus emociones y las historias que se han estado contando a sí mismas.
¡Espacios donde pueden mirar su mundo interior, obtener información valiosa y luego recuperar su autoridad personal y tomar decisiones conscientes que transforman la forma en que experimentan sus vidas!
A través de coaching individual, coaching grupal y talleres, Meg ayuda a las mujeres a presentarse en el mundo con más amor y menos ego, más compasión y menos juicio, más vulnerabilidad y menos vergüenza, más agilidad emocional y menos miedo.
Meg vive en BC con su esposo de 20 años, dos hijos adolescentes y su pequeño perro Charlie.
Para obtener más información sobre Meg y su negocio, visite su sitio web realexcellentliving.com
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